Lugar misterioso: El Arca de Noé

 Las aguas bajaron gradualmente de sobre la tierra, y al cabo de ciento cincuenta días, las aguas habían decrecido. Y en el mes séptimo, el día diecisiete del mes, el arca descansó sobre los montes de Ararat. Las aguas fueron decreciendo paulatinamente hasta el mes décimo; y el día primero del mes décimo, se vieron las cimas de los montes.
Génesis, 8:4-6
El monte Ararat
Aunque no es la única ubicación que se ha propuesto para el lugar de descanso de Noé tras el Diluvio esta entrada se centra en el monte conocido generalmente como Ararat, en Armenio como Masis, en turco como Ağrı Dağı (Montaña del Dolor), en persa como Kūh-e Nūḥ (montaña de Noé) y en kurdo como çiyayê Agirî (Montaña Ardiente), a veces también recibe el calificativo de Madre del Mundo, entre los armenios.

Se trata de un montaña con dos picos, conocidos como gran Ararat (5136 m.) y pequeño Ararat (3896 m.), es de origen volcánico y cubre una gran extensión con sus faldas y estribaciones. El pico más alto está cubierto de nieve durante todo el año.

Entre el siglo XVI y 1828 la montaña se encontraba en territorio persa, pasando luego a administración rusa tras la guerra ruso-persa (1826-1828). En 1920 cambiaría de nuevo de manos pasando a control turco, aunque la frontera con Persia pasaba por la cima del pequeño Ararat. En 1932 esta frontera se redibuja incluyendo la totalidad de la montaña en Turquía.

Leyendas
La historia de Noé es bien conocida por la mayoría de los lectores, pero permitidme un pequeño resumen: según el libro del Génesis, Yahveh, ofendido por la maldad de los hombres, decide castigar sus pecados provocando una gigantesca inundación.  De ella solo se salva el elegido, Noé, sus parientes y todas las especies de animales (una pareja de cada animal impuro y siete parejas de cada animal puro) mediante la construcción de una gigantesca Arca de madera. Tras cuarenta días de lluvia, con el descenso de las aguas, dicha embarcación queda encallada en lo alto de "los montes de Ararat". Muchos expertos creen que con este nombre el autor bíblico se refiere a la región conocida en la antigüedad como Urartu (y que se solapa parcialmente con la posterior  Armenia) y no a una montaña concreta, la Vúlgata, incluso, traduce la frase como "en las montañas de Armenia".

El origen de la idea de que el monte Ararat es el lugar, concreto, de descanso del Arca debe situarse según la creencia más conservadora en el siglo XI, aunque diversos investigadores afirman que existen tradiciones anteriores sobre el pico.  Por ejemplo, fragmentos de los historiadores griegos Abideno (de fecha incierta, quizás en torno al 200 B.C.) o Beroso el Caldeo (siglo IV o III a.c.) parecen demostrar que ya en dicha fecha los habitantes de Armenia hablaban de un mito del Diluvio y un objeto que descansa en la cima de la montaña. Incluso hay quien aventura que el Ararat se corresponde con el monte de dos picos Mashu que aparece mencionado en la Historia de Gilgamesh y que sirve de hogar al dios solar , Shamash (acadio) o Utu (sumerio).

La leyenda nacional armenia sitúa en el Ararat el lugar de nacimiento del héroe fundador Hayk, que se identifica con la constelación de Orión. Aunque tras la cristianización aparece como descendiente en tercera generación de Japeth (hijo de Noé) en la tradición pagana, posiblemente, fuera él mismo un dios o semidios . El nombre del monte en armenio, Masis (que propiamente se refiere únicamente al pico mayor), se dice que deriva del de un nieto de Hayk, Amaysa.

Existen tradicionales medievales que aseguran que el pico está protegido por fuerzas misteriosas y que no puede ser escalado: así lo afirma Guillermo de Rubruk (o Rubruquis, escritor franciscano del siglo XIII que formó parte de una embajada del rey de Francia a los tártaros) o el imaginativo, y posiblemente apócrifo, viajero Sir John Mandeville (que protagonizó un libro de viajes fantásticos a mediados del XIV).

En la catedral de Etchmiadzin (sede central de la iglesia apostólica armenia) se conserva, entre otras reliquias, un supuesto fragmento de madera petrificada recuperada del hielo del Ararat y que supuestamente perteneció al Arca.

Escaladores y terremotos
En 1829 el monte fue escalado por primera vez, por un grupo dirigido por el explorador Friedich Parrot, sin que encontraran, si hemos de creer sus afirmaciones, dificultades místicas ni rastro alguno del Arca. Se dice que esta expedición contó con el apoyo personal del zar Nicolas I, que incluso ordeno una escolta militar para la misma.

En 1840 se produjo un gran terremoto, centrado en desfiladero de Ahora, que destruyó la villa de Aralik y causó centenares de muertos en Akhuri (moderna Yenidogân) donde según una tradición Noé plantó la primera viña tras bajar del arca,  y destruyó el monasterio,  cristiano armenio, de San Hakob de Akori.

Las dificultades políticas  y la inestabilidad bélica de la región han limitado el acceso al monte durante las primeras décadas del siglo XX.

Armenios, kurdos, persas, rusos y turcos
Toda la región es un territorio inestable durante los años 20 y 30:  recientemente ha sido campo de enfrentamiento entre los imperios otomano, persa y ruso y ha sufrido terriblemente durante la Gran Guerra. Ahora se ve dividida, principalmente, entre las ambiciones de turcos y soviéticos.

Administrativamente la zona del monte forma parte de la provincia turca de Ağrı, cuya capital es la ciudad de Karakilise, a unos 120 kilómetros hacia el oeste. La provincia cuenta con una población kurda muy numerosa, algunos residentes armenios (la mayoría de estos han sido asesinados o han abandonado la región) y  minorías de otras etnias, todos ellos bajo la administración turca.

En 1927 estos habitantes kurdos de la región se sublevan contra el gobierno, proclamando la breve República de Ararat  con capital en Kurd Ava (Doğubeyazıt), a 15 kilometros al sudoeste del pico. Este estado rebelde resistirá contra las fuerzas gubernamentales durante casi tres años, hasta septiembre de 1930. Para aplastar la revuelta se movilizan más de 60000 soldados y se envían aviones, que bombardean insistentemente las posiciones kurdas, muchos de ellos se ven forzados a huir hacia la vecina Persia. Este es uno de los motivos que llevan al gobierno turco a renegociar la frontera con Persia en 1932.

Mientras Armenia, que desde 1922 forma parte de la URSS, primero como parte de la República Federal Socialista Soviética de Transcaucasia y, a partir de 1936, se constituye como República Socialista Soviética de Armenia,  considera el monte y la región adyacente como parte de su territorio nacional, y como tal aparece representado en su escudo.  Como parte de la URSS Armenia vive una dura represión de su religión y sentimientos nacionalistas, con una política de rusificación forzosa que, sin embargo, no consigue eliminar su identidad propia. 


Una fuente de difícil, o imposible, comprobación asegura que el zar Nicolas II envió una expedición de la Sociedad Geográfica, apoyada por una columna militar, al Ararat en 1916 o 1917. Esta habría sido provocada por el testimonio de un piloto de la fuerza aérea imperial, que habría afirmado haber visto algo bajo el hielo de la montaña durante la Gran Guerra. Pero dicha expedición se encontraría a su regreso con que había estallado la revolución en Rusia y el zar había sido ya destronado, la información de esta expedición sería pues recibida por León Trosky, que habría destruido dichos informes poco interesado en mitos religiosos. Sin embargo otros testimonios aseguran que estos informes habrían sido la base de una posterior expedición soviética durante los años 30 que llevó a los servicios secretos de diversos países a contactar con fuerzas o entidades no humanas.

Otro rumor, posilemente contradictorio con el primero, asegura que los alemanes aprovecharon su pacto de no agresión temporal con los soviéticos (aunque el monte esté en territorio Turco sería complicado montar esa expedición sin, al menos, la neutralidad soviética) entre 1939 y 1941 para realizar al menos una expedición de la Ahnenerbe al Ararat.

La verdad del monte Ararat
Lo que descansa bajo el hielo en la cima del Ararat es algo, cabía esperar, mucho más oscuro y más antiguo que una embarcación bíblica. La gran sombra rectangular que algunos afirman haber visto cerca del desfiladero de Ahora recuerda a un gigantesco sarcófago de piedra, más que a una nave. Un prisma rectangular de roca negra, extremadamente dura, cubierta de acanaladuras y nervaduras que le dan cierta apariencia orgánica. Está dividido en seis niveles, los tres superiores dividido a su vez en siete salas o compartimentos y los tres niveles inferiores en nueve. El único acceso se encuentra en la parte superior de la estructura y, posiblemente, la roca sea demasiado dura para cortarse o romperse con seguridad en otro lugar.

Las cámaras acumulan una mezcla de laminas metálicas inscritas en glifos extraños, restos de materia orgánica indeterminada, algunas estructuras cristalinas (cristales de los antiguos). Además estas salas están pobladas de un ecosistema de extrañas criaturas, de formas y estructuras variadas (algunos recordaran a insectos otros a mamíferos, reptiles o extrañas mezclas entre distintas clases y especies) pero siempre de un invariable tono gris, que parecen sobrevivir devorándose entre si (y a los posibles visitantes).

Y en la parte más profunda, atrapado pero vivo, descansa la fuente de toda esa vida el No Engendrado, el ser conocido como Ubbo-Sathla (o al menos una de sus manifestaciones/facetas) según la tradición hiperbórea principio (y final) de toda la vida en la Tierra. Dice el libro de Eibon:
"Ya que Ubbo-Sathla es el principio y el fin. Antes de la llegada de Zhothaqquah o Yok-Zothoth o Kthulhut procedentes de las estrellas, Ubbo-Sathla habitaba en las ciénagas humeantes de la Tierra recién creada: era una masa sin cabeza ni miembros, que generaba las deformes salamandras grises que serían los primeros prototipos de vida terrenal... Y toda la vida de la Tierra volverá, de acuerdo con la tradición, a través del gran círculo del tiempo, a Ubbo-Sathla"
Los testimonios sitúan a Ubbo-Sathla en los primeros tiempos de la creación de nuestro planeta (un tiempo indeterminado pero innegablemente remoto) y lo relacionan con el área ártica, siendo su origen un misterio que ha provocado diversas especulaciones y discusiones eruditas. De ser así cabría dar una explicación nueva a las leyendas sobre el Ararat como Madre del Mundo o lugar de origen de la vida tras un cataclismo cósmico.

Junto con él, se dice, descansan las misteriosas tablillas de piedra donde se contiene el saber de "dioses muertos antes del nacimiento de la tierra" y de su cuerpo informe y plástico surgen constantemente monstruosidades sin nombre. El hielo, el contenedor y, posiblemente, alguna otra barrera o protección de naturaleza no física, retiene al ser, y normalmente a sus engendros, aunque es posible que grutas y grietas conduzcan hasta su lugar de descanso. Sin embargo sus violentos movimientos, a veces, provocan movimientos sísmicos y es posible que su liberación no esté lejana, si consigue destruir la barrera que lo retiene.

No existe un texto que explique cómo (ni cuándo) la entidad, o esta manifestación, fue atrapada en el Monte Ararat, ni por que fuerza o entidad. Algunos partidarios de la teoría de la guerra cósmica (entre Dioses Arquetípicos y Primigenios) responsabilizan a estos de la prisión de Ubbo-Sathla mientras que otros textos parecen sugerir que fue aprisionado por los Antiguos, después de servir como modelo/patrón para la creación de los shoggots.


Resulta fascinante considerar el paralelismo de su papel como originario de la vida y  los mitos concernientes a la montaña que hemos inspeccionado antes. Resulta seguro afirmar que en la antigüedad existió un culto a esta entidad en la región, que utilizaban a partir del siglo VI d.c. el nombre Aramazd para referirse a la entidad, y parte de estas leyendas tienen su origen en la mitología deformada de sus seguidores.

Es muy posible, pese a afirmaciones de que no existe un culto activo a Ubbo-Sahtla entre lo humanos, que restos de este culto aún sobrevivan en la región cercana al Ararat y que estos mantengan una vigilancia sobre cualquiera que se aproxime al pico o que pretenda descubrir sus secretos. Es posible que en medio de las convulsiones revolucionarias y el nacimiento del breve

En todo caso Ubbo-Sahtla, como otros seres de poder equivalente, y su semilla son demasiado peligrosos como para que un enfrentamiento directo contra ellos tenga éxito. Su presencia en el Ararat puede ser más una amenaza terrible, que el culto o brujo de turno pretende liberar (y por tanto este debería ser el oponente principal)  que un enemigo a batir.



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